Con jugos frescos de naranja y limón, y un toque de canela. Esta sangría no está pasteurizada, lo que conserva sus características originales, dándole una ligera efervescencia que la hace muy refrescante. Ideal para servir muy fría en un vaso alto con hielo y acompañada de frutas cítricas, durazno o fresas. Es perfecta para disfrutar en una tarde de verano o como aperitivo ligero.